En octubre de 2020, nueve proyectos fueron adjudicados en el Concurso de Núcleos Milenio en Ciencias Naturales y Exactas, entre ellos el Núcleo Milenio de Formación Planetaria, NPF. Así, el centro comienza su segundo periodo desde finales de 2020 hasta finales de 2023. La primera etapa comenzó en 2017 bajo el liderazgo de la astrofísica Amelia Bayo, quien continuará dirigiendo el proyecto.
“El renovar el NPF supone por supuesto continuidad, en el sentido en que cuando propusimos la primera parte, efectivamente era una primera parte. Las líneas de observación y teoría de formación planetaria estaban ya asentadas individualmente, pero no había una colaboración fluida entre los grupos. Por otro lado, teníamos que comenzar con la línea de espejos de fibra de carbono para astronomía, ya que lo que existía para física de partículas no era válido para astronomía; misma semilla, espejos de fibra de carbono, pero muy distinta implementación”, explica Bayo.
El NPF comenzó oficialmente en Septiembre de 2017, albergado por la Universidad de Valparaíso y la Universidad Técnica Federico Santa María, con la totalidad de sus investigadores asociados en la quinta región, salvo el grupo de teóricos que, durante estos años se desplazó desde la Región Metropolitana a la región de Valparaíso.
“En el caso puntual de mi grupo, estamos investigando la formación de planetas en sistemas de estrellas binarias, el transporte de agua en el Sistema Solar, llegando en cometas o asteroides a la Tierra, y cómo la energía que libera la formación de un planeta afecta su propio crecimiento, entre otros temas. Tenemos ya algunos resultados, pero esta renovación nos permite continuar avanzando para entender todas las facetas de la formación planetaria”, destaca Jorge Cuadra, investigador asociado del NPF y académico de la universidad Adolfo Ibáñez, sede Viña del Mar.
Luego de los primeros 3 años, opina Amelia Bayo, el NPF se expone al desafío de producir conocimiento y tecnología a nivel de competición internacional. Desde la creación del centro, destaca, el número de artículos que unen astronomía teórica con observaciones ha crecido dramáticamente y actualmente se está estableciendo un laboratorio para trabajar en instrumentación.