El centro recibirá más de 150 millones de pesos para construir los primeros espejos astronómicos hechos en Chile.
Astrofísicos e ingenieros del Núcleo de Formación Planetaria (NFP), centro liderado por la astrónoma Amelia Bayo, quien también es académica del Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso, se sumó hace un año al incipiente desarrollo de la instrumentación astronómica y recientemente se adjudicó el fondo de Astronomía QUIMAL, para financiar equipos de alta precisión e insumos que utilizan —en proyectos similares— las agencias espaciales y que son clave para desarrollar los primeros espejos astronómicos hechos en Chile.
Los recursos, que superan los 150 millones de pesos, son entregados por CONICYT a proyectos que ponen énfasis en el desarrollo del diseño y construcción de instrumentación astronómica.
Con un año de trabajo, el NFP avanza en la generación de instrumental idóneo para las observaciones científicas y que abra nuevas oportunidades para su línea de investigación principal, la que apunta a contestar la pregunta fundamental: ¿cómo se forman los planetas? Con ese objetivo, el NPF trabaja en el diseño y fabricación del prototipo de una nueva generación de espejos telescópicos de manufactura nacional.
“Vemos este QUIMAL como un apoyo muy fuerte a nuestro proyecto de instrumentación. La instrumentación astronómica es muy costosa (como muchos otros proyectos tecnológicos de alta precisión) y nos da un gran sentido de responsabilidad (en el mejor sentido) ver que un año después de la apuesta que Milenio hizo por nuestra idea, con los resultados que estamos obteniendo y el crecimiento en conocimiento, otras agencias también se unen a esta confianza. Nuestra colaboración con la UTFSM realmente sitúa a Valparaíso muy fuerte en el mapa de la instrumentación chilena en astronomía, y no podemos estar más que contentos y dispuestos a seguir trabajando bien duro”, comenta Amelia Bayo.
La astrofísica explica que en esta etapa del proyecto se requiere trabajar con mayor precisión para crear los moldes de fibra de carbono que repliquen la forma y la superficie del espejo definitivo que se va a fabricar. Por ello la adquisición del equipo de autoclave es fundamental. “Lo que el autoclave va a permitirnos es aumentar en gran medida la presión y el control de la temperatura al trabajar en los prototipos de los espejos. Este tipo de equipo también es usado en procesos similares por las agencias espaciales y nuestra investigación en la literatura sugiere que es justo la herramienta que nos está faltando”, advierte.
Amelia Bayo agrega que, se dispondrá de un ingeniero a tiempo completo encargado del uso eficiente del equipo de precisión durante los próximos dos años, así como los materiales para continuar avanzando: fibra de carbono, desmoldantes e incluso materiales para imprimir sobre la fibra sintética una serie de circuitos que permita deformar el espejo de un modo controlado y pre-definido, para compensar problemas que han presentado algunos prototipos. Asimismo, se está a la espera de la llegada de la maquina pulidora alemana y de desbastado, junto a la habilitación de la zona de mediciones y de control de calidad.
Seca la profe Bayo. Ojalá su equipo siga cosechando éxitos por el bien del país.