Astrónomos observan el momento en que pequeños fragmentos de la destrucción de planetas impactan sobre estrellas cadáveres

Un equipo de expertos realizó una revolucionaria investigación sobre las enanas blancas, detectando la emisión de rayos X en su superficie debido al choque de escombros de planetas, hallazgo que cambia la concepción que se tiene sobre estas“Una enana blanca que acumula material planetario a partir de observaciones de rayos X”, es el nombre de la investigación que cambiará la concepción que existe sobre estos objetos compactos. Dr. Odette Toloza, investigadora FONDECYT del Departamento de Física de la Universidad Técnica Federico Santa María e investigadora del Núcleo Milenio de Formación Planetaria, contribuyó en la realización de esta investigación que impactará significativamente el mundo de la ciencia. 

En conjunto con el Departamento de Física de la Universidad de Warwick, del Reino Unido, Tim Cunningham lideró esta investigación, la que fue publicada en la prestigiosa revista Nature y que contó con el apoyo del Núcleo Milenio de Formación Planetaria (NFP) y el Departamento de Astronomía de la Universidad de Michigan, de Estados Unidos.

Las enanas blancas son la fase final de una estrella que posee una masa menor a ocho veces el tamaño del Sol. Estas se producen cuando en su núcleo se agota el proceso de fusión, es decir, el hidrógeno se acaba. En el momento en que este fenómeno ocurre, las capas superiores de la estrella buscan consumir los restos del hidrógeno restante, dando origen a un colapso gravitacional. Asimismo, estos remanentes estelares tienen una gravedad tan grande, que una persona sería 1,000,000 de veces más pesada. Como consecuencia sus elementos químicos se estratifican, el hierro y otros elementos pesados se encuentran en el centro y los elementos más livianos se ubican en la superficie. Por ello, el núcleo de estos astros es sumamente denso y las capas superiores se encuentran dispersas.

Debido a la fuerte  gravedad, cuando un planeta se acerca a una enana blanca, este se destroza, descomponiéndose en escombros y orbitando alrededor de ella en forma de anillos. “Por esta razón el estudio de las enanas blancas es fundamental para comprender el futuro de las estrellas y, por ende, de nuestro propio Sistema Solar, con el fin de comprender qué ocurrirá con la Tierra en 4500 millones de años más”, puntualizó Toloza.

 Observación de rayos X

 La investigación consideró evidencia observacional basada en técnicas de espectroscopía y análisis del rango de longitud de onda ultravioleta de la enana blanca. Asimismo, el equipo de expertos también se apoyó en análisis existentes de rayos ópticos y tomografías que examinaron la distribución de gas alrededor del remanente de estrella., 

Este pionero estudio se realizó a partir de la observación del sistema G29-38 el cual ha cautivado la atención de los astrónomos por décadas, detectando la presencia de un disco de escombro planetario alrededor de la enana blanca. En este sentido, los investigadores localizaron también emisiones de rayos x producidos a raíz de la colisión entre el gas proveniente de los discos exteriores y la enana blanca. Cuando el gas impacta la superficie de la enana blanca crea un plasma con temperaturas de 100,000-1,000,000 grados Kelvin, y para enfriar este plasma se emiten fotones de alta energía en rayos X los cuales pueden ser detectados con Chandra, el satélite espacial de la NASA.

 “Es la primera vez que este trabajo se realiza y se detecta la presencia de material impactando a la enana blanca. Es una observación importante que va a permitir obtener mediciones de la tasa de acreción que es independiente de modelos y por lo tanto nos permite corroborar si nuestras técnicas de medición están correctas”, señaló Toloza.

 Con respecto al impacto que va a tener este hallazgo para la comunidad científica, la también investigadora agregó que, “la astronomía está avanzando, descubriendo nuevos planetas, pero esta es la ciencia que nos está diciendo qué va a pasar con ellos”.

 En relación a las nuevas oportunidades que abre este descubrimiento, la Dra. en Física explica que “ahora estamos trabajando en el modelamiento de la enana blanca y en responder nuevas interrogantes sobre el movimiento de gas que está ocurriendo dentro de ella”.

Fuente: USM

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