El equipo de investigadores es liderado por Pedro Poblete, estudiante de postgrado del Núcleo Milenio de Formación Planetaria.
AB Aurigae es una estrella variable que ha sido muy estudiada, en particular desde que se tuvo la primera imagen de su disco protoplanetario en 2004. Luego, se observó un gran agujero o cavidad en el disco, brazos espirales y estructuras compactas de polvo alrededor de la cavidad. Por esto la reciente imagen de este sistema obtenida gracias al instrumento SPHERE, en la que se aprecian con muchísimo detalle las estructuras espirales dentro de la cavidad, causó gran revuelo. Especialmente porque detectó una señal que pudiese indicar la presencia de un planeta formándose allí.
Sin embargo, una reciente investigación liderada por Pedro Poblete, estudiante de postgrado del Núcleo Milenio de Formación Planetaria (NPF), sugiere que la verdadera responsable de los espirales es una estrella compañera. En este estudio también participó Jorge Cuadra, investigador asociado del NPF.
La primera parte de esta investigación fue parte de la tesis de magister de Poblete y sugiere que las estructuras de polvo observadas por ALMA en AB Aurigae son consecuencia directa de la presencia de un compañero masivo que altera gravitacionalmente al medio circundante. “Luego de eso, le añadimos a las simulaciones el hecho de que las estrellas y el gas brillan, ya que sólo estábamos considerando efectos gravitacionales. Así obtuvimos una imagen sintética que comparamos con las observaciones reales del sistema”, explica Poblete, quien actualmente realiza su doctorado en la Friedrich Schiller Universität de Jena, Alemania.
La principal conclusión de esta investigación es que hay un compañero de masa estelar en AB Aurigae, no planetaria. Según el equipo que realizó el estudio, la estrella compañera tiene una órbita excéntrica e inclinada en 90 grados respecto al plano del disco.
¿Cuál es la diferencia entre este escenario y el de la formación de un planeta? Mayúscula. “Comenzando con el hecho de que una estrella es muchísimo más masiva que un planeta, el escenario planetario solo es capaz de explicar algunas de las muchas estructuras que son observadas en AB Aurigae. Mientras que nuestro escenario estelar explica la mayoría de ellas. Si el planeta existe, estaríamos presenciando el nacimiento de un planeta. Si existe un compañero estelar, estaríamos viendo el nacimiento de un sistema binario que en el futuro, con toda probabilidad, tendrá planetas. Ambos son escenarios que no dejan de ser interesantes por sí solos”, indica el científico.
Este trabajo ha generado impacto en la comunidad astronómica internacional porque pone en duda la interpretación de un planeta formándose en el disco alrededor de AB Aurigae. “Por supuesto que a nosotros también nos entusiasma la idea de encontrar planetas formándose, ya que hasta ahora conocemos muy pocos. Sin embargo, es importante probar otras alternativas. En este caso, nuestros estudios muestran que una binaria estelar es una explicación más completa para este sistema tan complejo”, agrega Cuadra, quien también es profesor en la Universidad Adolfo Ibáñez.
El siguiente paso de esta investigación es refinar el modelo. “El sistema estelar que proponemos, si bien es lo suficientemente bueno para reproducir las características observadas, requiere pulir ciertos parámetros para obtener un mejor ajuste”, agrega Poblete.
“Estamos esperando la revisión final de nuestro estudio antes de su publicación. Después de eso, nos esforzaremos en ver cómo nuestro modelo puede explicar en detalle, además de los datos de ALMA, las espectaculares imágenes recién obtenidas con SPHERE”, finaliza Cuadra.
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Crédito de la imagen que ilustra la nota: ESO/Boccaletti et al.