La semana recién pasada, Gabriel Corvalán y Bruno Medina defendieron sus trabajos de investigación para obtener el grado de licenciados en Astronomía de la Universidad de Valparaíso. Ambos pertenecen al Núcleo Milenio de Formación Planetaria y fueron guiados en esta investigación por Amelia Bayo, directora del NPF y académica del Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso.
La investigación de Corvalán se tituló “Stable gas in the line of sight of debris disks, circumstellar or interstellar origin? ( Gas estable en la linea de visión de discos de escombros: ¿origen circunestelar o interestelar?)”, y es es un aporte a la línea de investigación de Daniela Iglesias, estudiante de doctorado de la Universidad de Valparaíso y del NPF. Por otro lado, el trabajo de Bruno Medina se llamó “Astrometric calibration of the MagAO CLIO instrument based on observations of the globular cluster 47 Tucanae (Calibración astrométrica del instrumento MagAO CLIO, basada en observaciones del cúmulo globular 47 Tucanae)”. Este trabajo representa una base para el estudio de masas dinámicas de binarias jóvenes, liderado por Sebastián Zúñiga y Amelia Bayo.
“Mi trabajo consiste en discriminar el origen del gas en discos de escombros mediante la búsqueda de estrellas que estén cercanas en la línea de visión a estos candidatos, y detectar si esta componente de gas se encuentra en ellos también”, explica Corvalán. El estudiante recién graduado agrega que las nubes moleculares podrían ser quienes originan ese gas, ya que contienen gas estable de características similares a las halladas en los discos. “Nosotros estamos envueltos en estas nubes, por lo que no sería improbable que haya una cruzándose frente estos candidatos”, indica.
Los resultados de la investigación indican que en la mayoría de los discos en los que se creía había gas, este gas pertenece a una nube molecular y no al disco. Tres casos quedaron inconclusos y seguirán siendo investigados por Corvalán.
Por otro lado, Bruno Medina realizó un estudio de astrometría de alta presición. “Se observó el cúmulo globular 47 Tucanae con el instrumento MagAO de óptica adaptativa, buscando un campo poblado de estrellas en el que se conocieran las posiciones de éstas y las distancias que las separan en el plano del cielo”, indica. Lo anterior, explica Medina, para caracterizar las distorsiones del instrumento MagAO ya que al conocerlas, se sabe si las observaciones que se realizaron en una cierta época fueron afectadas por ellas o no.
“Así, junto con la ayuda de la buena resolución angular obtenida por la óptica adaptativa podemos, no sólo resolver sistemas binarios, pero caracterizar sus posiciones relativas aparentes con una mucha mejor precisión (ya que sabemos la incertidumbre introducida por las distorsiones del instrumento)”, menciona.
Ambos estudiantes continuarán investigando. Bruno Medina ya ha sido admitido como estudiante de Magíster en el programa del Instituto de Física y Astronomía de la UV, mientras que Gabriel se tomará un año para realizar distintos proyectos de investigación antes de postular a programas de postgrado.