El eclipse solar del pasado 2 de julio fue visto en la mayor parte de Chile, cuya particularidad, por lo extenso de nuestro territorio, fue que la Luna cubrió al Sol en distinto porcentaje dependiendo de la zona del país donde estuviese el observador. Y para aprovechar esta experiencia al cien por ciento, algunos investigadores del Núcleo Milenio de Formación Planetaria se trasladaron hasta la región de Coquimbo y otros a la comuna de Calle Larga, en la región de Valparaíso, con la finalidad de realizar actividades de difusión, educación e inclusivas.
“Creo que las actividades realizadas por el NPF fueron maravillosas principalmente porque tratamos de llegar a sitios no tan conocidos y acercar el eclipse a personas que no suelen tener acceso a la astronomía. Fue realmente inclusivo en muchos aspectos: para toda la familia, para distintas regiones y realidades, para distintas capacidades, y sobre todo, para que todo el mundo lo disfrutara y le picara el bichito de la astronomía, pero más en general de la contemplación de la naturaleza y el universo y el preguntarse por qué ocurren las cosas”, recalca Amelia Bayo, directora del Núcleo Milenio de Formación Planetaria.
Actividades
Junto al Instituto Milenio de Astrofísica (MAS) y al Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso (IFA), el NPF llegó hasta Cachiyuyo, pueblo ubicado al sur de la Región de Atacama, en la zona de totalidad. Allí, se realizó desde el mediodía la “Gran Fiesta del Eclipse”, en la que participaron alrededor de 50 científicos y 10 mil personas, según cálculos realizados por Carabineros.
La actividad se centró en la difusión científico–educativa para toda la familia e incluyó charlas, obras de teatro, talleres de astronomía inclusiva para no videntes, conversatorios y observaciones con telescopios.
Respecto de la inclusividad, además de los modelos táctiles de formación planetaria desarrollados por el Núcleo Milenio de Formación Planetaria, se contó con el dispositivo “lightsound”, el que “traduce” la intensidad de la luz solar en sonido, permitiendo que las personas con discapacidad visual puedan “oír” el eclipse y distinguir el momento de la totalidad. Este aparato se incorporó a los talleres de astronomía inclusiva gracias a las gestiones del Núcleo de Astronomía de la Universidad Diego Portales y permitió que personas con discapacidad visual de las comunas de Caldera y Vallenar pudiesen disfrutar de esta experiencia.
Lightsound detecta la luminiscencia y la traduce en una melodía predefinida, la que se hace más aguda si hay más luz, y más grave si hay menos, explica Amelia Bayo.
Además de la gran Fiesta del Eclipse, una de las actividades importantes en Cachiyuyo fue la donación de un telescopio motorizado a la Escuela Hernán Aravena, única escuela de Cachiyuyo. El instrumento -NexStar 4SE de Celestron-, se financió gracias a fondos del Comité ESO-Chile para el Desarrollo de la Astronomía.
El mismo día, Amelia Bayo, directora del Núcleo Milenio de Formación Planetaria, se trasladó a la Medialuna de Calle Larga (a un costado del Centro Cultural y el Observatorio Pocuro), para observar el eclipse, parcial en la zona, junto a la comunidad e integrantes de la Iniciativa Científica Milenio. Allí, se realizaron charlas astronómicas a cargo de Bayo y Yerko Chacón, director del Observatorio Pocuro. Luego del primer contacto -momento en que la Luna comenzó a cubrir al Sol- se realizó una transmisión vía streaming con un observatorio de la IV región. Al lugar, según cálculos locales, llegaron alrededor de 6 mil personas.
Gracias al proyecto presentado al Comité ESO-Chile para el Desarrollo de la Astronomía en conjunto con el MAS y el IFA, además se desarrollaron lentes especiales para observar el eclipse, los que fueron entregados en Cachiyuyo, Calle Larga y establecimientos educacionales vulnerables de las regiones Metropolitana y de Valparaíso.