Por Nicolás Cuello, investigador postdoctoral del Instituto de Astrofísica UC y del Núcleo Milenio de Formación Planetaria.
El Sistema Solar nos revela sus secretos de a poquito. Uno de los últimos descubrimientos es acerca de un planeta enano que vive mucho más allá de la órbita de Neptuno. Estos objetos que viven muy alejados del Sol son comúnmente llamados “objetos transneptunianos”. El Sistema Solar externo, o sea las regiones más allá del último planeta, tiene dos zonas de particular interés: el cinturón de Kuiper y la nube de Oort. Ambas regiones están pobladas por un incontable número de bloques de hielo y roca de todas formas y tamaños. Por un lado, el cinturón de Kuiper tiene (como su nombre lo indica) una estructura de disco; mientras que la nube de Oort es comparable a un enjambre esférico de astros que giran alrededor del Sol.
El descubrimiento en cuestión (realizado en 2015 por un grupo de astrónomos estadounidenses) es sobre un planeta enano llamado “2015 TG387” que vive en las regiones internas de la nube de Oort. También se lo conoce con el nombre alternativo de “El Duende”. Se trata del tercer objeto de esta región detectado hasta la fecha, luego de Sedna y 2012 VP113. El Duende tiene un radio de unos 300 kilómetros de diámetro y una órbita muy excéntrica u ovalada: la distancia mínima con el Sol es de 65 unidades astronómicas, mientras que la distancia máxima es de del orden de 2300 unidades astronómicas… Esta unidad corresponde a la distancia promedio entre la Tierra y el Sol y es de 150 millones de kilómetros. Por lo tanto, el Duende alcanza distancias fenomenalmente grandes: ¡más de 300.000 millones de kilómetros! Con estas características, el Duende tarda nada menos que 40.000 años en dar la vuelta completa alrededor del Sol. Pero, ¿qué tiene de particular este objeto descubierto hace ya tres años? ¿Y por qué es noticia recién ahora?
Lo interesante es que si se compara la órbita del Duende con la de otros objetos del Sistema Solar exterior, su orientación es un tanto peculiar. Resulta que está orientada del mismo modo que las órbitas de otros objetos transneptunianos extremos. Dicho de otro modo, pareciera que la orientación de las órbitas no es aleatoria. Este hecho notable es uno de los indicios de que puede haber un planeta X (también llamado planeta 9) orbitando alrededor del Sol más allá del cinturón de Kuiper. En este caso, la orientación de la órbita del Duende tendría que estar anti-alineada con la del planeta X en una configuración sorprendentemente estable. Por ahora no se ha detectado el hipotético planeta pero es una idea que ha cobrado mucha fuerza en los últimos años conforme aumentan las observaciones del Sistema Solar externo.
Se piensa que puede haber miles de pequeños astros como el Duende a miles de millones de kilómetros del Sol pero, dadas las distancias y el poco brillo que tienen en el cielo, son extremadamente difíciles de detectar. La detección de más cuerpos como estos permitirá sin duda refinar la búsqueda del misterioso planeta X. ¡Los mantendremos informados!
En todo caso, si llegan a ver al Duende, mándenle saludos.
Columna publicada originalmente en el blog Bestiario Astronómico, creado por Nicolás Cuello.
La imagen que ilustra la columna corresponde a una observación del Duende realizada con el Telescopio Subaru (Crédito: David Tholen, Chad Trujillo, Scott Sheppard).